Escucho una voz que me dice... Yo también necesito que me mires a los ojos al hablarme, pero recuerda que tus ojos se encuentran mucho más arriba, no eleves el tono de voz, te escucho perfectamente, háblame pausado y con cariño que eso es música para mis oídos, no me ignores, estoy a tu lado, comparte conmigo mientras me enseñas, cógeme de la mano, conóceme, guía mis pasos. Necesito de tu contacto para sentirme seguro, permíteme investigar, equivocarme, experimentar (...), ayúdame a crecer y madurar que deseo tener un gran futuro.
Estamos en el aula, hay mucho ruido, pero si nos paramos, si nos acercamos a ellos descubrimos la musicalidad de esos sonidos. Si atendemos a sus interrogantes, entendemos sus razonamientos, miramos por sus ojos podemos contemplar, desde otra perspectiva, ese "ruido ordenado".
Para poder haceros llegar parte de esas melodías, he incorporado al blog un ARCHIVO SONORO donde iré colocando las grabaciones que, a veces, acompañan a las publicaciones.
Estamos en el aula, hay mucho ruido, pero si nos paramos, si nos acercamos a ellos descubrimos la musicalidad de esos sonidos. Si atendemos a sus interrogantes, entendemos sus razonamientos, miramos por sus ojos podemos contemplar, desde otra perspectiva, ese "ruido ordenado".
Para poder haceros llegar parte de esas melodías, he incorporado al blog un ARCHIVO SONORO donde iré colocando las grabaciones que, a veces, acompañan a las publicaciones.
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